Esta mañana me he despertado soñando con Alicia y su país de las maravillas. Creo que gran parte de culpa la tiene el hecho de haberme dormido escuchando la banda sonora de la película. Por eso he pensado que para iniciar este miércoles en el que me toca hacer tarde en la cafetería, lo mejor sería ilustrar el blog con un poco de literatura de la mano de uno de los grandes escritores ingleses: Lewis Carroll.
... ... ... ... ... ... ... ... ...
This morning I woke up dreaming of Alice and her Wonderland. I think much of the blame lies with the fact that I was asleep listening to the soundtrack of the film. So I thought to start this Wednesday in the afternoon I get to do in the cafeteria, it would be best to illustrate the blog with some literature from the hand of one of the great English writers: Lewis Carroll.
" --¡Qué sensación más extraña! --dijo Alicia--. Me debo estar encogiendo como un telescopio.
Y así era, en efecto: ahora medía sólo veinticinco centímetros, y su cara se iluminó de alegría al pensar que tenía la talla adecuada para pasar por la puertecita y meterse en el maravilloso jardín. Primero, no obstante, esperó unos minutos para ver si seguía todavía disminuyendo de tamaño, y esta posibilidad la puso un poco nerviosa. «No vaya consumirme del todo, como una vela», se dijo para sus adentros. «¿Qué sería de mí entonces?» E intentó imaginar qué ocurría con la llama de una vela, cuando la vela estaba apagada, pues no podía recordar haber visto nunca una cosa así.
(...)
Mientras decía estas palabras, le resbaló un pie, y un segundo más tarde, ¡chap!, estaba hundida hasta el cuello en agua salada. Lo primero que se le ocurrió fue que se había caído de alguna manera en el mar. «Y en este caso podré volver a casa en tren», se dijo para sí. (Alicia había ido a la playa una sola vez en su vida, y había llegado a la conclusión general de que, fuera uno a donde fuera, la costa inglesa estaba siempre llena de casetas de baño, niños jugando con palas en la arena, después una hilera de casas y detrás una estación de ferrocarril.) Sin embargo, pronto comprendió que estaba en el charco de lágrimas que había derramado cuando medía casi tres metros de estatura. "
Y así era, en efecto: ahora medía sólo veinticinco centímetros, y su cara se iluminó de alegría al pensar que tenía la talla adecuada para pasar por la puertecita y meterse en el maravilloso jardín. Primero, no obstante, esperó unos minutos para ver si seguía todavía disminuyendo de tamaño, y esta posibilidad la puso un poco nerviosa. «No vaya consumirme del todo, como una vela», se dijo para sus adentros. «¿Qué sería de mí entonces?» E intentó imaginar qué ocurría con la llama de una vela, cuando la vela estaba apagada, pues no podía recordar haber visto nunca una cosa así.
(...)
Mientras decía estas palabras, le resbaló un pie, y un segundo más tarde, ¡chap!, estaba hundida hasta el cuello en agua salada. Lo primero que se le ocurrió fue que se había caído de alguna manera en el mar. «Y en este caso podré volver a casa en tren», se dijo para sí. (Alicia había ido a la playa una sola vez en su vida, y había llegado a la conclusión general de que, fuera uno a donde fuera, la costa inglesa estaba siempre llena de casetas de baño, niños jugando con palas en la arena, después una hilera de casas y detrás una estación de ferrocarril.) Sin embargo, pronto comprendió que estaba en el charco de lágrimas que había derramado cuando medía casi tres metros de estatura. "
♫ ♫ ♫... alice in wonderland ... ♫ ♫ ♫
Quizá no seamos Alicia, pero no cabe duda que todos encerramos en nuestro interior parte de ella: todos hemos tenido alguna vez el eterno sueño de escapar y cambiar de vida. De hacernos grandes como gigantes para manejar todo a nuestro antojo o de desvanecernos en la pequeñez para pasar desapercibidos. Todos hemos tenido alguna vez el deseo de volar, de traspasar muros, de detener el tiempo. Alicia sueña con nosotros, nos despierta de nuestro ensueño y nos ofrece su mano para llevarnos a otro mundo.
... ... ... ... ... ... ... ... ...
We may not be Alice, but no doubt locked inside us all part of it: all we have ever had the eternal dream of escape and change his life. In large and giant us to handle all at our whim or vanish in the small to go unnoticed. All of us have ever had the desire to fly, to transfer walls, to stop time. Alice dreams of us, awakens us from our dream and offers his hand to take us to another world.
Happy Wednesday!
No hay comentarios:
Publicar un comentario