Cómo me gusta estar en casa! Bajar del coche, abrir el portal, la puerta de la casa, que mi hermano se emocione al verme, ver cómo a pesar de que el tiempo pasa todo sigue como estaba: mis libros, mis colección de revistas, mis muñecos (no soy capaz de desprenderme de ellos), mi cama, mi almohada,... y mi agenda roja anual que está escrita hasta el día que me fui a LONDRES. También incluso un X.mas enviado por dos personas que siempre me hacen sentir especial (de nuevo gracias, Carlota y Patri). Ya os lo comenté, 7 meses y medio son muchos. Recuerdo cuando el 01.may.2011 bajé las escaleras y me disponía a empreder una gran aventura con un destino un tanto incierto. Ha pasado tanto desde entonces. Lo mejor es que he aprendido mucho de la experiencia. Como todo en esta vida hay que dejar de lado unas cosas y conocer otras nuevas; a veces positivamente y otras en negativo. Pero creo que si tienes las ideas claras y luchas por lo que te gusta no hay que tener miedo para avanzar y luchar por tus sueños.
Esta mañana me he levantado "temprano", he desayunado un Cola Cao en mi taza de estudiante que estaba en el mismo sitio donde la dejé meses atrás, unas tostadas de pan de leña con aceite de oliva y un zumo recién exprimido y me he sentado a ver Cuenca desde mi ventana con la bata roja que le he "robado" a mi madre para estar más calentita. He abierto el armario y por una vez en mucho tiempo he visto montañas de ropa para escoger modelito matutino. He optado por los pantalones rosas que me compré para irme pero que tuve que dejar por exceso de equipaje, y un jersey fucsia. Algo alegre para los días que me esperan. Un broche para alegrar el conjunto y los labios, también rosas, para completar el look con el pintalabios que llevaba meses en la sombra. Me he puesto el abrigo y me he mirado en el espejo que mi padre me ha hecho con todo su cariño; y una vez lista, he salido a respirar el aire puro de mi pequeña ciudad.
Un año más no nos toca la Lotería, pero sin duda, el mejor regalo, es poder volver a casa por Navidad.
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