Es el mensaje que les he mandado a mis padres nada más montar en el metro cuando mi móvil ha cogido cobertura. Después de una efusiva despedida por parte de mis padres y mis tíos (qué gracia me han hecho los cuatro saludando a la vez como locos!!! Me han recordado a un capítulo de Shin Chan), un vuelo un tanto turbulento, unas vistas más que impresionantes de un LONDRES en miniatura y con millones de luces (de las que me da una rabia infinita no tener fotos) y paseo en metro de algo más que una hora, estoy en mi casa. Junto con mi nuevo libro de lectura, un pañuelo morado que mi tía me ha regalado en el aeropuerto y unas croquetas, un tomate y un trozo de queso manchego que he podido colar para cenarmelo esta noche. Así da gusto volver a la rutina.
No me entretengo mucho que mañana a las 05.30h estoy en pie. Que una ya echa de menos hacer cafés. La NESPRESSO está genial, pero sin uniforme parece que a una los coffess no le salen igual.
Welcome LONDON!
;p
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